El doctor Federico Lombera del Hospital Beata María Ana, comenta que, "se trata, en buena parte, de fallecimientos que serían evitables" pues no solo las muertes por enfermedad coronaria afectan a los fumadores activos, sino también a las personas expuestas al humo como fumadores pasivos.

 

"El tabaquismo es un problema de salud pública muy importante en todo el mundo y la primera causa de morbimortalidad reversible. Dejar de fumar es la estrategia más rentable en la reducción del riesgo cardiovascular", pero recalca que "hay que contar con la firme voluntad del fumador para dejarlo".

 

Para el doctor "la mejor alternativa" pasa por buscar apoyo de un profesional que valore su caso específico para estipular las pautas conductuales a seguir para alcanzar el objetivo, e incluso, estas medias podrían complementarse con apoyo farmacológico.

 

"En los 20 minutos posteriores al último cigarrillo, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca son menores; a las 12 horas los niveles de monóxido de carbono se han normalizado, y entre 1 y 3 meses después la función pulmonar y circulatoria han mejorado notablemente", explica.

 

El doctor Lombera relata que "entre 1 y 5 años después el riesgo de sufrir cardiopatía coronaria será un 50% menor, y la probabilidad de ictus es igual que la de un no fumador. Otro beneficio es que, a partir de los 10 años sin fumar, disminuye la probabilidad de padecer cáncer de boca, pulmón, cuello de útero o garganta".

 

Más del 30% de las muertes por enfermedad coronaria tienen detrás al tabaquismo

 

Cabe destacar que el tabaquismo entre las mujeres europeas es la más alta del mundo. Hay estudios que muestran que las mujeres pueden ser más sensibles a los efectos negativos del consumo de tabaco y por consiguiente más proclives al deterioro de la función pulmonar, lo que puede provocar en un desarrollo precoz de EPOC y un aumento de la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón con respecto a los hombres.

 

"Tenemos que seguir apostando por campañas informativas de salud pública contra el tabaquismo, y que los gobiernos propongan nuevas medidas que limiten el consumo de tabaco en determinados espacios, además de aumentar los tipos impositivos de las cajetillas".

 

"Pese a las medidas que desde el ámbito público y privado se han tomado en los últimos años, el consumo de tabaco sigue siendo elevado y, con él, la incidencia de las enfermedades coronarias, por lo que debemos continuar remando en esa dirección", cuenta el doctor Lombera. "La adicción al tabaco sigue siendo una de las principales causas de desarrollo de enfermedades coronarias y de muerte por este motivo. Evitar su consumo y reducir la incidencia de las enfermedades del corazón que provoca el tabaco es una tarea de todos. Está en nuestra mano seguir salvando vidas".