Steve Ramírez, profesor asistente de Psicología y Ciencias del cerebro en la Universidad de Boston y director de un grupo de investigadores denominado 1907 Research, junto a la investigadora Christine Cincotta, han examinado como los efectos que produce el alcohol en el cerebro podrían modificarse a través de la manipulación de la memoria utilizando la optogenética.

 

La investigación se desarrolló en ratones, a los cuales, se expusieron al consumo y a la abstinencia de alcohol para poder evaluar si se les podría afectar a sus respuestas en experiencias traumáticas.

 

Gracias a la optogenética, una técnica que utiliza luz de ingeniería genética para controlar las células del cerebro, los investigadores pudieron amortiguar artificialmente las respuestas al miedo en los roedores y moderar sus conductas relacionadas con la adicción.

 

En un primer momento a los ratones se les administró etanol de forma crónica para generar un estado relacionado con la adicción, a raíz de ello empezaron a mostrar respuestas de miedo anormalmente intensificadas. Como relata Ramírez, "a continuación, descubrimos que las células procesaban una memoria de miedo en particular y las diseñamos genéticamente para que se volvieran sensibles a la luz, de modo que pudiéramos activarlas ópticamente mediante optogenética".

 

Seguidamente el profesor Ramírez nos cuenta que, "activamos estas células repetidamente en un intento de amortiguar artificialmente las respuestas de miedo, lo cual funcionó sorprendentemente. Estábamos encantados de poder mitigar optogenéticamente estos comportamientos relacionados con la adicción en términos generales".

 

Investigan como manipular la memoria para tratar el alcoholismo

 

La investigadora Cincotta concluye; "la tecnología optogenética tal como está hoy es demasiado invasiva para ser utilizada en humanos, sin embargo, hay otros grupos que trabajan en el desarrollo de herramientas optogenéticas no invasivas. No obstante, los descubrimientos realizados continuarán expandiendo el conocimiento de la sociedad sobre los circuitos neuronales y, a su vez, informarán los tratamientos futuros y cambiarán la forma en que tratamos a los pacientes con Trastorno por Estrés Postraumático y Trastorno del Consumo de Alcohol".