Según una investigación presentada en la 68ª Sesión Científica Anual del Colegio Estadounidense de Cardiología, entre el 2012 y el 2017 las admisiones hospitalarias por una infección cardíaca peligrosa relacionada con el uso de drogas por vía intravenosa aumentaron en un 436 por ciento en un centro médico en una región muy afectada por la crisis de opioides en Estados Unidos.

 

En el estudio se realizó un seguimiento de las tasas de endocarditis infecciosa, que se produce cuando se acumulan bacterias dañinas en las válvulas del corazón o en el revestimiento interno del corazón. Históricamente, este tipo de infección se encontraba, en su mayoría, entre personas de avanzada edad que tienen ciertos defectos cardíacos o una válvula cardíaca artificial y, en menor medida, en personas que se inyectan drogas por vía intravenosa también se encuentran en riesgo porque las agujas contaminadas que utilizan pueden introducir bacterias en el torrente sanguíneo.

 

Serena Day, investigadora en Cardiología de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos) y autora principal del estudio relata que "lo más sorprendente es la rapidez con que este problema se fue de las manos. Hace cinco años, esta enfermedad era muy poco común para nosotros. Ahora, se ha vuelto tan habitual que no podemos seguir el ritmo".

 

En Estados Unidos se ha disparado el consumo de la heroína, implicada en la mayoría de los casos relacionados con las drogas y ha aumentado también el abuso de opioides con y sin receta. Estas dos adicciones tienes algo en común y es que la mayoría de los usuarios que son consumidores de heroína hoy abusan de los analgésicos opioides. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), la heroína representó casi un tercio de las muertes asociadas con opioides en 2017.

 

El estudio solo refleja los medicamentos administrados mediante inyección, no otras formas de abuso de drogas, eso se debe a que la inyección intravenosa es la causa de la endocarditis infecciosa, la cual se trata de forma estándar con antibióticos para eliminar las bacterias junto con cirugía para reemplazar el tejido de la válvula que está dañado por la infección. Sin embargo, someterse a una cirugía valvular aumenta el riesgo de una persona de contraer endocarditis infecciosa nuevamente, ya que la válvula de reemplazo es un material artificial y es susceptible de repetir la infección.

 

El uso de opioides está relacionado con un alarmante aumento de una peligrosa infección cardíaca

 

Los investigadores informan que el 55 por ciento de los pacientes recibieron antibióticos, pero no cirugía en 2012, una proporción que aumentó al 82 por ciento en 2017. "Realmente ha habido un cambio de paradigma en la forma en que tratamos a estos pacientes. Muchos de estos pacientes continúan consumiendo, sufriendo recaídas y vuelven más enfermos que antes. Este estudio subraya el hecho de que, sin tratar la adicción, estos pacientes no van a mejorar. Tiene que haber una un enfoque integral para tratar esta enfermedad", ha destacado Day.

 

Obviando la cirugía, los pacientes tratados solo con antibióticos pueden sufrir diferentes tipos de síntomas relacionados con el tejido cardíaco dañado, como fatiga, falta de aliento y un mayor riesgo de otros problemas cardiovasculares, como insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular. Estos efectos, en la mayoría de los casos, persisten mucho después de que se resuelve la infección inicial.