En la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) un grupo de investigadores ha concluido que las personas que beben café de manera habitual tienen una mayor sensibilidad a su olor, lo que les permite tener mayor rapidez en el momento de reconocer su aroma, y además influir en el aumento de sus antojos.

 

Este novedoso estudio tenía como meta examinar si existía alguna relación entre la capacidad de las personas para oler y responder frente al aroma del café.

 

Los resultados han sido publicados en el "Experimental and Clinical Psychopharmacology", allí se explica que para el estudio se realizaron dos experimentos. En el primer experimento se hicieron dos grupos, por un lado, quienes consumen cantidades moderadas de café (entre una y tres tazas diarias) y por otra parte los que consumen una gran cantidad (equivalente a 4 tazas o más). A cada persona se le vendaron los ojos para poner a prueba su sensibilidad al olor del café, después se les pidió que identificaran el aroma del café real y el aceite de lavanda.

 

El resultado fue que aquellos que son consumidores más asiduos del café pudieron identificar de forma más rápida su aroma en concentraciones más débiles. Durante el experimento también se les pidió que completaran un cuestionario que posteriormente demostró que cuanta más cafeína consume una persona mayor es su antojo.

 

Un experimento con el café podría ayudar a tratar las adicciones

 

En el segundo experimento participaron un grupo de 32 personas que se dividieron en aquellos que beben café y los que no. Aquí se aplicó la misma prueba de detección de los olores y además se añadió una prueba separada en la que se utilizaba un olor no alimentario. En este contexto los resultados volvieron a mostrar que los consumidores de cafeína eran más sensibles al olor del café, sin embargo, no diferenciaban en la sensibilidad al olor no alimentario.

 

Sobre estos datos el doctor Lorenzo Stafford, del Departamento de Psicología de la Universidad de Portsmouth y director del estudio, explica que la cafeína es el fármaco psicoactivo más consumido y añade que estos descubrimientos podrían utilizarse para enfrentarse a la dependencia de algunas drogas como el tabaco o el cannabis con la aplicación de nuevas formas de terapia de aversión ya que estudios anteriores han concluido que quienes estaban acostumbrados a asociar un olor con algo desagradable desarrollaban mayor discriminación hacia ese olor y este hallazgo se podría aplicar en una terapia de aversión para tratar una drogadicción.