Científicos de la Universidad de Columbia y la Universidad de Cagliari en Italia han publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' que los jóvenes que consumen cannabis tienen el cerebro más vulnerable para caer en la adicción a la cocaína la primera vez que se exponen a ella.

 

El estudio se ha llevado a cabo con roedores jóvenes y adultos a los cuales se les subministraba cannabinoides psicoactivos sintéticos y seguidamente cocaína, los investigadores identificaron cambios moleculares y epigenéticos fundamentales que se produjeron en los cerebros de las ratas adolescentes, pero no en la de los adultos. Este descubrimiento pone al descubierto una nueva interacción entre el cannabis y la cocaína que no se había observado con anterioridad directamente en detalle biológico.

 

Si se produce un primer contacto con la cocaína en un joven que consume cannabis, esta primera experiencia puede ser más placentera con esta droga contribuyendo a que se produzca su abuso.

 

La epidemióloga Denise Kandel, profesora de Ciencias Sociomédicas en Psiquiatría en el Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de Columbia y coautora del artículo señala que, "sabemos por estudios epidemiológicos en humanos que las personas que abusan de la cocaína tienen antecedentes de consumo temprano de cannabis, y que la respuesta inicial de una persona a una droga puede tener un gran impacto en si continúan usándola. Sin embargo, quedan muchas preguntas por responder sobre cómo la exposición temprana al cannabis afecta al cerebro".

 

"Nuestro estudio en ratas es el primero en mapear los mecanismos moleculares y epigenéticos detallados por los cuales la cocaína interactúa con los cerebros ya expuestos a los cannabinoides, proporcionando claridad muy necesaria a los mecanismos biológicos que pueden aumentar el riesgo de abuso y adicción a las drogas", agrega el coautor y premio Nobel Eric Kandel, codirector del Instituto Mortimer B. Zuckerman de Mind Brain Behavior de Columbia e investigador principal del Instituto Médico Howard Hughes.

 

En estudios anteriores ya se apreciaba como las dos drogas producen efectos en la química del cerebro. "Los estudios sobre las propiedades adictivas de la cocaína se han centrado tradicionalmente en la vía dopaminérgica mesolímbica, un sistema cerebral que subyace a nuestra motivación para perseguir experiencias placenteras", puntualiza Philippe Melas, investigador asociado en el laboratorio de Eric Kandel en el Instituto Zuckerman de Columbia y el coautor principal del artículo.

 

"Si bien el cannabis mejora la actividad dopaminérgica mesolímbica de manera similar a la cocaína, también afecta a un sistema neuroquímico completamente diferente que está muy extendido en el cerebro llamado sistema endocannabinoide -continúa-. Este sistema es esencial para el desarrollo del cerebro, un proceso que aún continúa en la adolescencia".

 

El deseo de consumo de cocaína no solo depende del sistema dopaminérgico, también depende del sistema glutamatérgico del cerebro como muestran las nuevas investigaciones. Este sistema utiliza glutamato, una molécula cerebral que actúa como un transmisor sináptico en el cerebro, mejorando la transmisión de señales entre las neuronas del cerebro. Tanto en investigaciones anteriores como en las actuales se reafirma que el consumo de cannabis en la adolescencia puede alterar este proceso de señalización glutamatérgica.

 

Consumir cannabis en la adolescencia altera el cerebro para caer en la adicción a la cocaína

 

Para ir más allá en la investigación entre el cannabis y la cocaína el doctor Melas y el equipo de los doctores Eric y Denise Kandel se asociaron con Paola Fadda, Maria Scherma y Walter Fratta, investigadores del Departamento de Ciencias Biomédicas, en la Universidad de Cagliari en Italia. Examinaron en las ratas qué cambios de conducta, moleculares y epigenéticos surgían en su juventud y edad adulta al exponerse por primera vez a WIN, un cannabinoide sintético con propiedades psicoactivas similares a las del THC que se encuentra en el cannabis, y luego se exponían a la cocaína.

 

El doctor Melas, investigador en el Departamento de Neurociencia Clínica del Instituto Karolinska en Suecia comenta, "descubrimos que las ratas adolescentes que habían sido expuestas previamente a WIN tuvieron una reacción mejorada a su exposición inicial a la cocaína. Notablemente, observamos este efecto en ratas adolescentes, pero no en ratas adultas".

 

Si las ratas han estado expuestas durante su adolescencia a cannabinoides psicoactivos cuando entran en contacto con la cocaína se desencadenan una correlación de reacciones moleculares únicas en su cerebro.

 

Tales reacciones no solo se centran en los receptores de glutamato sino que se producen modificaciones epigenéticas clave por ser diferentes en la manera que se activan y desactivan los genes pero que a su vez no afectan la secuencia de los genes mismos.

 

Estos procesos ya se detectaron por el equipo de Columbia que encontraron mecanismos epigenéticos similares en animales adultos en respuesta a la nicotina y el alcohol en el centro de recompensa del cerebro (núcleo accumbens). A esta información se suma la investigación actual que descubrió que los efectos epigenéticos de los cannabinoides son específicos de los adolescentes y se dirigen a la corteza prefrontal del cerebro, región que ejerce un papel en diversas funciones ejecutivas, incluida la planificación a largo plazo y el autocontrol, es una de las últimas regiones del cerebro en alcanzar la madurez, un hecho que durante mucho tiempo se ha relacionado con la predisposición en jóvenes a mantener actitudes de riesgo.

 

Actualmente se están destinando recursos en mejorar la función de la corteza prefrontal anormal en el tratamiento de las adicciones a través de la utilización de diferentes métodos entre los cuales se encuentra la estimulación cerebral.

 

El doctor Melas señala que, "nuestros hallazgos sugieren que la exposición a los cannabinoides psicoactivos durante la adolescencia prepara la corteza prefrontal de los animales, por lo que responde de manera diferente a la cocaína en comparación con los animales que habían recibido cocaína sin haber experimentado previamente el cannabis".

 

"Este estudio sugiere que los adolescentes que usan cannabis pueden tener una reacción inicial favorable a la cocaína, lo que aumentará su probabilidad de participar en su uso repetido para que eventualmente se vuelvan adictos, especialmente si tienen vulnerabilidades ambientales o genéticas adicionales", destaca el doctor Denise Kandel.

 

"Estos y otros experimentos son clave para comprender los cambios moleculares en el cerebro que ocurren durante el uso de drogas -añade el doctor Eric Kandel, quien también es profesor universitario y profesor de ciencias cerebrales Kavli en Columbia-. Este conocimiento será crucial para desarrollar tratamientos efectivos que frenen la adicción al enfocarse en los mecanismos subyacentes de la enfermedad".