El Grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento (GReNeC-NeuroBio) de la UPF ha realizado un estudio con ratones que muestra como las crías expuestas al alcohol durante el proceso de desarrollo embrionario son más vulnerables al consumo de cocaína durante su edad adulta.

 

El consumo de alcohol durante el embarazo afecta al desarrollo fetal provocándole anomalías tanto físicas como mentales, estas anomalías se denominan trastornos del espectro alcohólico fetal (FASD) y engloban diferentes alteraciones cognitivas, físicas y conductuales.

 

Lídia Cantacorps, primera autora del estudio ha comentado que, "hemos utilizado un modelo en animales de laboratorio de consumo maternal de alcohol durante el embarazo que sigue un patrón de consumo esporádico, pero en elevadas cantidades. Este consumo tipo 'atracón' es muy prevalente en la población joven y sería equivalente al botellón".

 

En estudios previos se analizaba la vulnerabilidad de las crías de ratón al alcohol después de exponerlas al tóxico durante su estado prenatal, en el presente estudio se evaluó como esta exposición influía sobre el consumo de cocaína. Actualmente en España la cocaína se encuentra como la segunda droga ilegal de mayor consumo llegando a casi el 2% de la población.

 

 El embrión expuesto al alcohol durante su desarrollo lo predispone a la adicción a la cocaína

 

Los investigadores centraron su foco de atención en la exposición al alcohol no solo durante el embarazo sino también en la lactancia, estos 2 períodos son cruciales en el desarrollo del sistema nervioso central, el alcohol al tratarse de un tóxico modifica el crecimiento y desarrollo del nonato.

 

Para realizar la investigación se expusieron a las hembras de ratones durante su gestación y lactancia a un protocolo de consumo excesivo de alcohol hasta el destete, cuando las crías ya se encontraban en edad adulta se analizó su respuesta motivacional inducida por la cocaína. Los resultados que aparecieron tras realizar unos tests a estos ratones mostró que los expuestos al alcohol con anterioridad tenían una mayor inclinación a autoadministrarse y a consumir cocaína.

 

Según Olga Valverde, catedrática del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (DCEXS) de la UPF, "a nivel molecular, en los ratones expuestos al alcohol durante el desarrollo embrionario y la lactancia observamos alteraciones en la vía mesocorticolímbica, circuito cerebral que media la recompensa".

 

Estos resultados pueden sentar la base del aumento de la predisposición y sensibilidad para que el consumo de cocaína desemboque en adicción a medida que avanza la edad del sujeto.