El uso de los cigarrillos electrónicos se extiende cada vez más entre los jóvenes. Para alertar de sus efectos nocivos sobre la salud cardiólogos de la Fundación Española del Corazón (FEC) avisan que su uso afecta a la salud cardiovascular y respiratoria sin importar si estos cigarrillos electrónicos contienen o no nicotina.

 

Según datos desprendidos de la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), el 48,4% de los estudiantes de 14 a 18 años ha utilizado en alguna ocasión cigarrillos electrónicos. Rosa Fernández Olmo, vocal del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) en representación de la FEC y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), comenta que, "aunque bien es cierto que algunos de estos dispositivos no llevan nicotina, sí generan residuos con otro tipo de compuestos que también son nocivos para la salud cardiovascular y respiratoria".

 

A pesar de lo que se pueda creer, el tabaco es la segunda droga más extendida entre los estudiantes de 14 a 18 años por detrás del alcohol. Fernández Olmo menciona el estudio 'ALSPAC', publicado en la 'European Heart Journal', en el que se concluye que el consumo de tabaco y alcohol entre jóvenes (incluso en pequeñas cantidades) está asociado con un aumento de la rigidez arterial, un biomarcador que desprende datos sobre el futuro desarrollo de enfermedades arteriales de manera más precoz entre los adolecentes que son fumadores en comparación con lo que no lo son.

 

 Los cigarrillos electrónicos afectan a la salud cardiovascular

 

Como oxidante, la nicotina hace que nuestra frecuencia cardiaca aumente y se produzca en nuestro organismo una disfunción endotelial, dicho en otras palabras, se enferman las paredes arteriales provocando que exista una mayor predisposición a sufrir un evento cardiovascular.

 

La encuesta ESTUDES también pone de relieve que el 28,7% de los estudiantes que han fumado en el último año no se ha planteado nunca dejar de fumar. En relación a este dato la Dra. Fernández destaca que, "a pesar de la evidencia, el problema es que los jóvenes banalizan las consecuencias del consumo de tabaco".

 

Carlos Macaya, presidente de la FEC concluye, "para hacer una buena prevención del tabaquismo hay que empezar desde el principio, por lo que el mensaje es claro: la mejor prevención es no empezar a fumar. En este sentido, es importante buscar sinergias para abordar este problema desde su origen".